"Hasta que no hayas amado a un animal, parte de tu alma estará dormida".

Anatole France

jueves, 14 de diciembre de 2006

En Cádiz con Clivia, Orita & Costis

7 DICIEMBRE, CON CLIVIA, JUPE, ORITA & TOMÁS
CASTILLO SANTA CATALINA. CÁDIZ
PLAYA DE LA CALETA

ENTRADA AL CASTILLO STA.CATALINA.

VISTA DEL FARO, DESDE LA CALETA

ERIZOS . BARRIO DE LA VIÑA
PLATO DE ERIZOS
CHICHARRONES ESPECIALES

PROBANDO LOS FAMOSOS ERIZOS, EN LA TABERNA"EL MANTECA"
Y LUEGO, COMO ESTABA CERQUITA, LAS FAMOSAS TORTILLITAS DE CAMARONES, EN LA BARRITA DE "EL FARO".
VELETA ENTRADA AL FARO SAN SEBASTIAN DE CÁDIZ.

GARITA Y MURALLA DEL CASTILLO STA. CATALINA, AL FONDO.
PASEO FERNANDO QUIÑONES, HACIA EL FARO S. SEBASTIAN.


PONIENDOSE AL DÍA, HORA,MINUTO Y SEGUNDO DE TODO....


PASEO FERNANDO QUIÑONES, CAMINO HACIA EL FARO.
ESTATUA DE PACO ALBA, CREADOR DE LA COMPARSA.
ESTATUA, FERNANDO QUIÑONES
Quiñones, alcaide la Caleta.

(Artículo de Antonio Burgos, editado en EL MUNDO.

Fernando Quiñones,con su gorra caletera
Te entregaron, Fernando, como un verso de Alberti, en la Cádiz que sueñas, que amas y que vives, el título solemne que dice que eres hijo de esa mar, de ese sueño, de ese amor, de esa vida, ahora que van diciendo La Viña y Mentidero que a Fernando Quiñones le quedan tres levantes. Da esta mar estos hijos, los adopta en Chiclana, a Conil va por ellos, hasta en Jerez los busca. Son murallas del aire, del viento las de Cádiz, no murallas de pieras de mojarra y ostiones. Abiertas las murallas, que las Puertas de Tierra, son dos arcos, Fernando, son dos brazos abiertos, que recibieron siempre como propio al de fuera, ya ves los apellidos, tan italianizantes, tan de esa Venecia donde, dux y poeta, te casaste, Fernando, te pusiste al dedo aquel anillo véneto que a la mar arrojaban cada año los dogos, solamente que entonces, te trajiste a tu Cádiz, como una barquilla de Caleta y castillo, el Bucintoro en forma de una mujer amada.
Y en ese mar de Cádiz que te ha hecho adoptivo, un castillo, Fernando, va diciendo a los vientos dónde está el paraíso al que llamas Caleta, que recorres de monje de botellas y latas, recogiendo las sobras del vómito del agua, para dejar la playa tan limpia como un sueño. Has pasado las horas, Fernando, en la Caleta. Has oído qué cuentan los viejos marineros que están como de guardia sentados en su puerta. La recacha del viento te contó sus aguajes, el amor de una niña, la muerte de un ahogado. Canciones de piratas y crónicas del Ándalus, las grandes temporadas, las historias del vino, aquel libro de Ascanio, llamado de las flores, todo salió, Fernando, del Cádiz que te adopta.
Y te entrega, Fernando, las llaves de un castillo. De las miles de cosas que te han hecho estos meses, lo más bonito, hijo, lo que te dio Teófila. La alcaldesa te ha hecho alcaide del castillo, ah del muro, Fernando, que el sol se está poniendo, y tiene la costumbre de colarse en sus puertas. La alcaldesa, Fernando, te ha entregado las llaves que abren el poniente, las peleas de vientos, levantes pegajosos y el norte en desafío. San Pedro caletero, me pareces, Fernando; las llaves del castillo, las tiene, matarile, quien mejor ha cantado a Cádiz, verso y prosa. Yo te envidio, Fernando, de alcaide caletero, de señor del castillo, del guiño de su faro, del dorado de arenas rizadas de la tarde, de muchachos desnudos que al agua, de cabeza, inaugurando espumas, al canal desde el puente, espantan a mojarras y a lisas mojoneras. Cuando vuelva una tarde a ver el sol ponerse, y vea en el castillo recortarse la sombra del aguaje de plata por la Punta Lanao, pensaré en ti, poeta, te pediré permiso, como alcaide que eres del mar y su belleza.
Los cañones de esquina del barrio de la Viña me han traído, Fernando, la noticia gozosa, de que los versos tuyos siguen dando pelea, como el viento altanero que alejó a este levante, no lo cuentes, Fernando, son muchos los que esperan: "Anda, niña... ¿morirse? ¿Tu no has visto el Diario? Si a un libro de Quiñones le han dado ayer un premio, un premio muy importante, a un libro de poemas... ¿Qué va a estar medio muerto, si corta dos orejas?" Comenta luego Lalia que es una despedida, pero de esto, en el barrio, apenas se comenta. En casa del Manteca, con la hoja en la mano, algún viejo flamenco que lee la noticia suelta el río de gracia que desborda la tierra: "¿Tú no has visto a Quiñones, picha, así con la gorra? Joé, si es lo mismito que era Paco Alba, mirando su Caleta en piedra y monumento..." Tienen razón en Cádiz, Fernando de mi alma. La gorra caletera que es corona de versos, te da un aire a comparsa, a Brujo, a Paco Alba. Con la llave en la mano, San Pedro caletero, Paco Alba lo sabe: le quitaste la novia. Esa novia de todos que se llama Caleta. Ojalá que el problema, Fernando, tarde mucho. Me refiero al problema que va a tener San Pedro el día que tú llegues con la llave en la mano, y va a creer el hombre que le quitas el puesto, porque sabe San Pedro que en Cai hay mucho paro...





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